En pleno Renacimiento, Conrad Von Gesner (1516-1565), naturalista y bibliógrafo suizo publicó “Historia Animalium” (1551-1558), obra que es considerada el principio de la zoología. En dicha obra se compilan y clasifican todos los animales conocidos hasta el momento, con el afán de reconocer un mundo en constante expansión, tal como era el espíritu de la época. A pesar del rigor científico patente, se entrelazan animales mitológicos presentes en los bestiarios medievales con animales que el autor no ha visto con sus propios ojos, pero que ha conocido, gracias a relatos de exploradores y viajeros.
Es así, como en Historia Animalium, se compilan lo que, aparentemente, serían nuevos “animales”, los cuales fluctúan entre lo imaginario y lo real, articulando en ellos, todos los elementos presentes en los relatos, pero dando forma a insólitos seres. Esta relación intrínseca a la génesis de la representación científica renacentista, producida por el traspaso de lo real a una imagen reconocible, pero no necesariamente fidedigna, puede compararse con ciertos procesos arquitectónicos. Donde, en una relación analógica con lo experimentado por Conrad Von Gesner, a lo largo del tiempo, gran parte de los -animales- u obras arquitectónicas, solo se conocen por relatos y registros fotográficos, por lo cual, en rigor, al no experimentar físicamente las obras aludidas, los valores que de ellas se rescatan por medio del registro o el relato, como proporción, materialidad o estructura, son una mera interpretación.
Por ello, resulta evidente, que cualquier nueva obra o -animal- derivado de la conjunción de esos valores referenciales, resultase en un ser sugerente y nuevo. Siguiendo esta premisa, en Industria Animalium se compilan diez “animales” correspondientes a construcciones arquitectónicas industriales, que otrora fueron particulares del carácter productivo de la ciudad de Concepción, para ser representadas y sutilmente reinterpretadas en el proceso, haciendo eco de un relato construido en base a vestigios presentes y registros ausentes.
Estas construcciones corresponden a la Fábrica de Paños Concepción, Cristalería Schiavi, Fábrica de Paños Biobío, Central Termoeléctrica de Concepción, Cervecería Keller, Molino Santa Rosa, Compañía de Tracción Eléctrica, Estación Andalién, Fábrica de Calzados Gacel y Panadería Souyet, las cuales consolidan una primera aproximación a una taxonomía libre y desprejuiciada como podría ser la lectura actual de un viejo libro de historia natural, pero en un lenguaje -científicamentearquitectónico.
Con el objetivo de así, rememorar aquellas construcciones que en otro tiempo dieron carácter y forma al paisaje industrial del centro urbano penquista y que hoy se encuentran en el olvido, la ruina o el abandono, pero que, a pesar de esto, por su carácter, compositivo y formal, son referencias útiles para un imaginario que media entre lo local y lo global.
