Nacido en Ancud el 23 de junio de 1926 realizó sus estudios básicos en Concepción y de humanidades en Tomé. Como artista se inició en Santiago (1944) siendo dibujante ilustrador de las revistas infantiles El Peneca y El Cabrito. En 1945 trabajó para el diario La Patria de Concepción, como ilustrador y redactor. Dos años después fundó, con otros cuatro pintores y dos poetas, el Círculo de Bellas Artes de Tomé que, prontamente realiza su primera exposición colectiva, ocasión en la que Alejandro Chávez Bork escribe en el diario La Patria: "Ampuero extrae sus temas de lo social y en gran parte de lo onírico y nos impresiona con sus dos cuadros: Surazo y No más Guerra, valiosas en su contenido temático y plástico". En 1958, Ampuero expone con éxito en la Sala El Sótano de Concepción y en el Museo Nacional de Bellas Artes, en Santiago. Entre los años 1949 y 1954, participa en numerosas exposiciones individuales y colectivas; el Hotel Cecil de Concepción le encarga varias obras para sus salones; ilustra los libros La Bestia Mágica y Las Semillas Profundas, del poeta tomecino Alfonso Mora, Roble Huacho y Ciudad Brumosa, de Daniel Belmar; y el cuento El Día del Derrumbe, de Juan Rulfo. Luego de una ausencia prolongada, en que permanece alejado de las labores artísticas, en 1963 regresa a Tomé y se dedica por entero al grabado. Al año siguiente continúa sus exposiciones en Santiago: en el Instituto Chileno Alemán y en la Alianza Francesa. Son muchas las ciudades de Chile donde expone y muchos son también los premios que recibe por su obra, contándose entre los más importantes: el Segundo Premio Salón Nacional, Universidad de Concepción, 1952; la Medalla de Oro en Grabados, Salón de Primavera de la Universidad de Chile, sede Temuco, 1967; el Premio Municipal de Arte de Tomé, en 1968; y el Premio Municipal de Arte de Concepción, en 1969. En mayo de 1971, el diario El Sur publica un artículo de Alejandro Chávez Bork titulado, Ampuero, en la vanguardia del quehacer artístico, en el cual expresa: "Mucha agua ha pasado por el estero Collén en su viaje al mar, sin embargo Rafael Ampuero se mantiene fiel a sus primeras motivaciones artísticas. El mar y la montaña de Tomé, como sus zonas adyacentes, son el escenario en que instala al hombre: el hombre de esos lugares y en los trabajos más representativos de la zona. La emotiva calidad de las obras de Ampuero, son el resultado de una vida de examinar y querer a los seres que lo han rodeado y la realización de un artista que logra expresar - sin perder su calidad de provinciano - un mensaje artístico que toca la sensibilidad de todos". Después de muchos años en Santiago, Ampuero se radica nuevamente en Tomé, donde, según palabras del periodista Pacián Martínez en el diario El Sur: "Ampuero, como Santos Chávez, no era pintor de academias o de escuelas, no fue un teórico ni alguien que se obnubilara con las modas. Sus temas son sencillos, muy simples y no por ello menos hondos: pescadores, campesinos, hombres del mar y de la tierra sorprendidos en sus faenas cotidianas, plenos de la grandeza de sus oficios humildes". En 1967 expone en numerosas salas y galerías de Santiago entre las cuales se cuentan Galería Patio, de Providencia; Sala Agustín Edwards, del Instituto Chileno Británico; y la Galería Central de Arte. Posteriormente el Hotel Sheraton San Cristóbal adquiere sus grabados para la decoración de cada una de sus habitaciones. Un año especial fue 1976, sus grabados son expuestos en Estados Unidos - Wood Hole, Massachussets y Baltimore - y también en la Casa de Las Américas en La Habana, Cuba. El diario El Sur, en agosto de 1984, luego de su muerte, publica esta semblanza: "...el pintor Rafael Ampuero era un hombre talentoso, un verdadero artista autodidacta. Dejó alrededor de 150 grabados, sin contar las pinturas, dibujos, poemas y escritos varios. Su obra estuvo tremendamente influenciada por la guerra Civil Española, el triunfo del Frente Popular en Chile, los muralistas mexicanos y el poeta Pablo Neruda y, aunque su trabajo era de protesta, nunca cayendo en el facilismo de lo panfletario cuando se refirió a la pobreza, a la explotación y la denuncia social". Este pintor, grabador, poeta y gran conversador, fallece en Tomé el 8 de julio de 1984. Con esta exposición la Universidad del Bío-Bío, con la colaboración del Museo de Historia Natural de Concepción, continúa el merecido homenaje del mundo cultural a Rafael Ampuero.
